Entrevista a Roberto Álvarez, funcionario del Departamento de Publicidad

El integrante de la Facultad, bombero con más de 30 años de servicio, cuenta cómo ha sido su paso por esta Unidad Mayor y el cuerpo de bomberos, y sobre su viaje de capacitación a Turquía.

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Roberto Álvarez nació en Quilicura, hijo de una familia de cuatro integrantes. Estudió sus primeros años en Independencia, tras lo cual comenzaría a estudiar electrónica en una escuela industrial. Con conocimientos en ésta área y sonido, y tras trabajar varios años en radios y Canal 11 en radio control, ingresaría a la Universidad de Santiago hace casi 30 años, en el antiguo Ceni (Centro de Eventos Nacionales e Internacionales), hoy la actual Vime.

“Entré en abril del año 1988. Yo venía del Canal 11, primero trabajé en radio nacional como radio control, después en Radio Colo Colo, y después estuve en Canal 11 trabajando en la unidad móvil del área de comunicaciones de producción. Estuve harto tiempo y luego encontré trabajo aquí en la Universidad y entré a trabajar al Ceni. Pasé por telefonía, y la antigua Secom, antes que se cambiara a Segic, por el año 1998. Después de eso llegué a mantenimiento y con el tiempo salió la oportunidad de hacerme cargo de los laboratorios aquí en la carrera de Publicidad, en el año 2001. Ya son casi 17 años trabajando aquí”, comenta.

Respecto a estos años en la Facultad Tecnológica y el Departamento de Publicidad e Imagen, cuenta que en un comienzo el cambio de trabajar con pocas personas a un lugar donde había mucha gente fue algo a lo que tuvo que acostumbrarse. Actualmente, destaca el ambiente laboral y humano que existe dentro de la Facultad y del Departamento.

“Existe un ambiente humano muy acogedor en la Facultad. En cuanto a la carrera, desde un principio siempre conté con el apoyo de los académicos responsables de ésta”, señala.

En relación a esto, menciona que la carrera de Publicidad le ha permitido aprender constantemente sobre distintas áreas: “Para mí ha sido una retroalimentación bien grande el estar acá, porque no te vas quedando con lo que ya sabes o llegaste a hacer, sino que vas aprendiendo y superando etapas, como con los software que van aumentando año a año. Si hay algo que no sé y los estudiantes me preguntan, lo trato de averiguar, de aprender. Intento estar siempre aprendiendo frente a las consultas de los alumnos”, comenta.

Así también destaca ciertas características del Departamento, como la fuerza y perseverancia para conseguir las metas propuestas: “La fortaleza que veo en la carrera es la lucha que damos constantemente por mejorar. Por ejemplo la lucha que se dio para conseguir una buena acreditación, el equipamiento tecnológico, los laboratorios, los software, etc. Intentamos que el alumnado cuente con la tecnología y conocimientos necesarios y más actuales”, destaca.

Vida como bombero

Con apenas 19 años entró al cuerpo de bomberos de Santiago, luego de que un ex compañero de colegio, también bombero, lo motivara a unirse. Cuenta que nunca fue algo planeado y que la motivación nació de pronto.

“Casi la mayoría que se unen a bomberos vienen de familia de bomberos, en mi caso no fue así. Un día me dio la inquietud porque vi a un amigo, ex compañero de colegio, recolectando fondos en la calle y conversando con él me dijo que me fuera a presentar a su compañía. Fui, me presenté y me enrolé, por ahí por los años 1984-1986”, relata.

Hace más de cinco años está en la Cuarta Compañía de Bomberos de Quilicura “Bomba Amistad Turco Chilena”, de la cual es director y voluntario fundador de la compañía: “En 2011 me incorporé a esta Compañía que estaba en formación, lo que es un orgullo como bombero. Tenemos actualmente cerca de 33 voluntarios, y el próximo 9 de febrero cumplimos cinco años como Compañía”, comenta.

De esta misma compañía forma parte también una de sus cuatro hijas, con quien comparte la pasión por la noble tarea de ser parte de Bomberos de Chile.

“En mi compañía tenemos 7 mujeres voluntarias, y una de ellas es mi hija de 22 años. Un día me dijo si podía llevarla para que pudiera ver cómo era y si le gustaba, ese mismo día la empezaron a integrar, le quedó gustando, y al día siguiente fue de nuevo, y así empezó a ir sola”, cuenta.

Respecto a todo el trabajo que significa ser bombero, explica que primero deben pasar por distintas etapas de capacitación para convertirse en uno; bombero inicial, que son cerca de siete cursos que deben cumplirse y aprobarse para ser bombero; bombero operativo, cursos que permiten al voluntario un manejo y control mayor de acciones, como realizar labores de extinción básicas; y finalmente bombero profesional, que son cursos de carácter más especializado en rescate, trabajo eléctrico y otras áreas.

“Ser bombero no tiene hora ni día, nosotros trabajamos los siete días de la semana, las 24 horas del día sin descanso”, enfatiza.

Viaje a Turquía

Como señala Álvarez, la capacitación es un aspecto clave en la vida y labor del bombero. Es necesario perfeccionarse constantemente en herramientas y estrategias que permitan operaciones exitosas al momento de una emergencia. En este escenario se enmarcó la visita que realizó hace unos meses atrás a Turquía junto a su Compañía de Bomberos, viaje de un mes de capacitación donde aprendieron sobre rescate vehicular, uso de herramientas específicas, incendio de gases, químico, con espuma, trabajo con cuerda, rescate en altura, etc.

“Aprendimos varias cosas y también comparamos conocimientos. Ellos tienen una forma distinta de trabajar a nosotros, tenemos normas distintas. Fueron muchas cosas en un mes y muy intenso, porque era todos los días, de 9 de la mañana a las 5 de la tarde”, comenta.

Respecto a cómo surgió este viaje, señala que la embajadora de Turquía en Chile apadrina la compañía, con quien mantienen una buena relación y fue ella quien ofreció este curso de capacitación, que se les hace a todos los bomberos de Turquía año a año.

Finalmente, en relación a esta experiencia menciona el buen trato recibido por parte de ciudadanos y compañeros turcos, “fuimos entrevistados por todo el mundo, porque éramos la novedad, de Chile, de un país tan lejos. La estadía, la comunicación, los instructores, todo fue excelente”. Y respecto a la posibilidad de replicar este viaje a futuro, comenta: “Sí, queremos seguir yendo a Turquía. Continuar en este curso para capacitar a la gente, que vaya y conozca otra realidad”, enfatiza.

 

Por Estefanía Ibaceta González