Experta sostiene que menor consumo de bebidas azucaradas se debe a Ley de Etiquetado

La académica del Departamento de Ciencia y Tecnología de los Alimentos, Marcela Zamorano, considera que la disminución del 21,6% en el consumo de este tipo de bebidas no se explica tanto por el alza registrada en el precio de estos productos mediante impuestos, sino que por la implementación de los sellos de advertencia “Alto en” (Ley de Etiquetado) y otras medidas “que proporcionan un mayor conocimiento a la población acerca de los beneficios que conlleva una vida más saludable”.

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Un 21,6% se redujo el consumo de bebidas azucaradas en Chile. Esa fue la conclusión de una investigación financiada por Conicyt y el Research Council de Reino Unido. El estudio, que evaluó las compras de casi tres mil hogares desde 2011 a 2015, relacionó esta disminución al aumento del impuesto que se efectúo hace poco menos de cuatro años: el importe pasó de 13% a 18 para bebidas con una concentración de azúcar agregada de 6,25 gramos por 100 ml o más.

Para la experta en análisis de los alimentos y académica de la Universidad de Santiago, Marcela Zamorano, la baja en el consumo de este tipo de bebidas es “significativa”. Sin embargo, rechaza que ello se deba a la reducción del impuesto. A su juicio, la reducción obedece a la propaganda que se ha hecho a nivel estatal por una salud saludable, lo que se ha sumado a la Ley de Etiquetado. Ambas acciones habrían logrado comunicar a la población respecto a los peligros de consumir alimentos con alto contenido en azúcar.

“Estas son las pequeñas intervenciones que ha logrado la política de salud pública, que informa, de manera persistente, que el consumo excesivo de algunos nutrientes traerá consecuencias que no son beneficiosas para la salud”, afirma. “La reducción se debe más al marco de las políticas públicas que proporcionan conocimiento en la población de los beneficios de una vida más saludable”, insiste.

La académica del  Departamento de Ciencia y Tecnología de los Alimentos explica que si bien el impuesto aumentó el costo de producir una bebida con azúcar y, por ende, las empresas disminuyeron la producción de estas, facilitando la disminución de su consumo, recuerda que el estudio tampoco detectó un alza importante de sus alternativas directas -“zero” o “light”-. Es decir, la variación no respondería a que las personas se inclinaron por opciones más baratas a causa del importe, sino, derechamente, por otras más saludables, como aguas minerales o saborizadas sin azúcar.

“Diría que ha ido cambiando el tipo de consumo y no tiene que ver tanto por el impuesto, sino porque la industria dispone otros productos para que la gente que se preocupa más de su salud los compre”, afirma. “La baja es significativa, pero la duda que queda es si es efecto del impuesto. Desde mi punto de vista, esto se debe más a que una parte importante de la población ha decidido disminuir el consumo de azúcares en varios alimentos. Debido al alto consumo de bebidas por parte de los chilenos, el foco de la reducción de azúcares pueden haberlo puesto ahí”, concluye.