Con la participación de los académicos, Luis Sáez Tonacca del Departamento de Gestión Agraria, José Luis Palacios del Departamento de Ciencia y Tecnología de los Alimentos, y la egresada de Ingeniera en Agronegocios, Catalina Ruz, finalizó la ejecución del proyecto “Modelo de una red urbana sostenible de huertos agroecológicos que fortalezcan la seguridad alimentaria de la población en comunas de la Región de Valparaíso”, financiado por el Gobierno Regional y ejecutado por la Universidad de S
Departamento de Gestión Agraria realiza Seminario sobre Agricultura Orgánica
El martes 16 de diciembre, el Departamento de Gestión Agraria (DGA) realizó el seminario "Comercio Orgánico: Sano y Cercano", que tuvo lugar en el Edificio ESID USACH desde las 9:00 de la mañana hasta las 13:00 de la tarde. Contó con la participación del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y de productores orgánicos como Ecocultiva, Ecoferia de La Reina y De huerta a la raíz. Su conducción fue realizada por Felipe Reyes, encargado de Vinculación con el Medio (VIME) del DGA; y también fue organizada por el profesor Andrés Leiva, Académico por hora de Ingeniería en Agronegocios y Profesional del Departamento de Agricultura Orgánica del SAG.
Un producto orgánico es un producto silvoagropecuario producido, elaborado y envasado sin la utilización de insumos químicos como pesticidas, fertilizantes, desinfectantes, aditivos, coadyuvantes, etcétera, que se utilizan para la producción. Este proceso, en cambio, promueve la biodiversidad y el equilibrio ecológico. En otros países se le dice producción ecológica o producción biológica y está tomando mayor relevancia en nuestro país.
Los expositores del seminario, compartieron conocimientos y experiencias sobre este tipo de disciplina agroproductiva y entregaron datos relevantes que explican el panorama actual.
El primer ponente fue Joaquín Mena de Ecocultiva, empresa dedicada a la producción de hortalizas y ensaladas 100% orgánicas, cultivadas sin pesticidas ni químicos sintéticos que distribuye sus productos en supermercados de todo Chile.
Mena planteó que “El 5% de la producción orgánica se queda en el mercado local, básicamente, somos un país netamente exportador”. Y que uno de los problemas de aumentar el consumo de productos orgánicos es que el consumidor nos reclama si es que no hay disponibilidad de los mismos en los supermercados. Argumenta que estamos acostumbrados a que nuestras frutas y verduras favoritas estén siempre disponibles durante todo el año, independiente si el producto está en su temporada, ya que se ha perdido la conexión con los ciclos naturales. Al no valorarse el producto orgánico, ni comprenderse bien el concepto, no son elegidos por los consumidores, aunque incluso estén al mismo precio que los productos convencionales, según se ha demostrado en los experimentos que han realizado.
Esto se suma a que en el extranjero pagan mucho más que en el comercio local, que se ve afectado en cada contracción económica; salvo este año 2025, que el consumo se mantuvo relativamente estable.
Además, hay varios factores a tener en cuenta para cuidar los estándares de los productos orgánicos, como proteger su calidad, ya que al no estar modificados genéticamente, no tienen formas estandarizadas y regulares, por lo que porcentaje de la producción termina siendo merma o parte del compostaje.
Conservar el producto fresco también es un problema, ya que al no utilizar ceras, ni preservantes sintéticos, los cambios de temperatura en el proceso de recepción afectan drásticamente la maduración de frutas y verduras.
Otro tema es la conservación de los envases ya que la misma degradación de los envases biodegradables, que son tres veces más caros que el plástico convencional. Cada detalle afecta la logística y la vida útil de los productos orgánicos.
Sumado a todo lo anterior, está la dificultad para obtener el certificado de productor orgánico, debido a una normativa rígida que genera inflexibilidad comercial.
Claudio Cárdenas, agrónomo, jefe del Departamento de Agricultura Orgánica del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de Chile, aclaró que dicha institución es un organismo de control, no de promoción, ni de fomento.
Adicionalmente, profundizó en el Sistema Nacional de Certificación de Productos Orgánicos, amparado bajo la ley 20.089, que establece que no basta con declararse un productor orgánico, sino que es necesario acreditarse como tal. Sin embargo, no es obligación adscribirse a este tipo de cultivo. Para identificar si un producto es orgánico, debe estar certificado como tal con el sello correspondiente al país.
Cárdenas afirma que “Hoy existen 3200 establecimientos que venden o están en proceso de certificación de productos orgánicos”, sin embargo, solo existen 25 Organizaciones de Agricultores Ecológicos (OAES) registradas como tal en el SAG.
El expositor mencionó que Chile es uno de los pocos países que puede medir su nivel de exportación e importación de productos orgánicos, normalmente los países no llevan este registro. Por este motivo podemos saber que a pesar de la pandemia y de las guerras, en Chile la producción orgánica ha tenido un aumento constante desde el año 2000, alrededor de un 10%, lo que no es menor. Por su parte, durante el año 2022 hubo una baja de exportación orgánica, pero recuperó a partir del año 2024 volviendo a los niveles pre pandémicos.
De acuerdo a un informe del SERNAC mencionado por Cárdenas, el perfil de los consumidores de productos orgánicos son mayormente mujeres del quintil de mayores ingresos de entre 45 y 64 años.
Además, planteó que una de las dificultades para este tipo de producción es el acceso a tierra apta para la agricultura orgánica, debido al avance urbano y la disminución progresiva de suelos agrícolas y el aumento del costo de producción.
El público asistente planteó la inquietud de expandir el consumo a las periferias, ya que ahí los supermercados no suelen ofrecer variedad de productos. Además de sugerir la idea de que el SAG asuma la misión de incentivar a colegios, instituciones universitarias, públicas e incluso de salud para la prevención del cáncer, invitando a preferir este tipo de alimentación.
A continuación expuso De Huerta a la Raíz, un proyecto impulsado por Óscar Contreras y Camila Pinto desde el año 2019. Hasta ahora, ya han sido parte del Foro LATAM de Líderes Rurales, ganaron el Premio Siembra 2022 y Camila ganó el Premio Mujer Innovadora.
Ambos definen su trabajo como “una artesanía”, por todo el trabajo que conlleva mantener esta práctica. Están en su tercer año de transición orgánica para obtener la certificación del SAG, por lo que solo les falta un año para poder decirse orgánicos. En un comienzo aprovecharon el terreno que tenía el papá de Óscar en Calera de Tango, lugar del que tuvieron que mudarse por falta de agua e instalarse en Paine.
En tan solo media hectárea desarrollaron un modelo de agricultura orgánica a pequeña escala conocido como Market Gardening, al que le dieron vida con la motivación de educar y reconectar a las personas con la naturaleza.
Este proyecto funcionaba como un huerto abierto y comunitario, lo que significaba que las personas podían ir al terreno a cosechar ellos mismos, pero a pesar de ser exitoso, sobrepasaba su capacidad, porque las personas llegaban a toda hora, incluso en sus momentos de descanso. Por ello, a día de hoy, funcionan a través de la modalidad de membresías, que consiste en la compra de canastas anuales que venden en mercados y restaurantes. Tienen entre 30 y 40 clientes fieles que gracias al trabajo de educación que realizan, entienden que por las características de las temporadas las canastas de verano son más grandes que las de invierno, que llevan más hojas.
Los expositores destacaron lo importante de la planificación para este tipo de producción. Entre las dificultades que mencionan está el costo de la mano de obra, ya que no producen a gran escala y no cuentan con gran maquinaria, por eso el precio de sus productos es más costoso, porque consideran importante pagar sueldos justos a los productores. Así, con todo el esfuerzo que conlleva, han logrado vivir de la agricultura orgánica.
Una de las ideas con las que también deben combatir, aunque suene paradójico, es desmentir la idea de que todo lo orgánico es pequeño, ya que hay personas que no les creen que sus productos son orgánicos cuando estos son muy grandes.
Camila y Oscar luchan por producir variedad de hortalizas y rescatar diversos colores, aunque eso conlleve un costo mayor. No conocen iniciativas del gobierno que promuevan la agricultura orgánica, de hecho, afirman que la mayoría de los productores orgánicos no se quieren certificar, por ello, tienen la idea de que el Estado debiera ser un facilitador de la misma, promoviendo así su consumo y propiciando el acceso a una mayor variedad de semillas orgánicas. Así, con diversas medidas que promuevan la producción orgánica, podrían bajar los precios sin bajar sueldos.
Por último expuso la agrupación Ecoferia de La Reina, la primera feria orgánica certificada de Santiago y la única que cuenta con la certificación de carne orgánica. El espacio es realmente un aula abierta donde se aprende sobre los ciclos de la naturaleza y la producción orgánica, ya que las personas que atienden son las mismas que cosechan y cultivan. Funciona todos los miércoles y sábados de 09:00 a 14:00 horas en la Plaza Chile-Perú en la comuna de La Reina.
En su representación concurrieron Daniela Valdés , Nicole Pernar y Diana Ibaceta, quienes hablaron de los beneficios de este tipo de alimentación que resulta tres veces más nutritiva que la convencional.
Afirmaron que han conocido experiencias de personas que vienen desahuciadas médicamente, o con alergias alimentarias, cáncer y otras enfermedades que buscan sanar a través de la alimentación orgánica y que han mejorado.
Las expositoras hicieron hincapié en el esfuerzo que requiere el trabajo pesado de la feria, y que a pesar de ir solo dos veces a la semana a vender sus productos, el esfuerzo es tal que no han podido expandirse a otras comunas, para ello, necesitarían más productores.
Entre los desafíos, aseguran que los TLC (Tratados de Libre Comercio) no promueven la producción orgánica, en vez de ello, fomentan la manufactura externa por sobre la interna.
Daniela Valdés Ortiz, quien además es dueña de Purecotton Chile (marca que diseña y confecciona prendas sólo con algodón orgánico 100% certificadas por GOTS), explicó en el seminario que los TLC con Europa no nos permite certificar nuestros productos textiles como originarios acumulando origen con nuestros países vecinos, esto quiere decir que no podemos obtener la rebaja de impuestos del arancel de internación a la hora de exportar prendas de vestir a Europa si es que la tela que utilizamos la importamos de algún país vecino como Perú, Argentina o México, a menos de que la tela la fabriquemos acá mismo, por ende, no nos hace competitivos.
Las representantes mencionaron la dificultad de Ecoferia para pagar por propaganda y proponen vincularse de alguna manera con la universidad, ya sea a través de proyectos con sus estudiantes o con la compra de productos orgánicos y fomentar la alimentación saludable.
Al finalizar el seminario, Francisca Fuentes, profesional de apoyo de la SEREMI de Agricultura, encargada de la mesa regional de agricultura orgánica, indicó en una pequeña entrevista, que para ellos es importante que los pequeños productores sepan que existen distintos sistemas de comercialización y cómo poder acceder a ellos. “Les abre un mundo el hecho de poder conversar y tener más conocimiento frente a otros productores, les da acceso a nuevos mercados y a conocer cómo son las realidades frente a este tipo de producción (orgánica)”, y apunta que la certificación en producción orgánica entrega un proceso de trazabilidad y confiabilidad frente a otro tipo de producciones que no exigen tantos requerimientos.
Este tipo de actividades son un aporte para la vinculación del Departamento de Gestión Agraria con entidades externas y ayudan a visibilizar el contexto en el que nos encontramos, permitiendo al estudiantado aprender de dichas instancias y conocer más acerca de estos temas con los que se encontrarán a lo largo de sus trayectorias profesionales.
Redacción: Constanza Pacheco Bustos.





