Entrevista a Hernán Núñez, académico de la Facultad

El académico del Departamento de Tecnologías Industriales de la Facultad habla sus estudios, proyectos de investigación y los nuevos desafíos que implica la sociedad del conocimiento

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Nacido en la comuna de El Monte, en una familia tradicional de siete hermanos, comenta que siempre estuvo ligado al área de la ingeniería y la tecnología. Como relata Hernán Núñez, académico de la Facultad, vivió sus primeros años en El Monte, donde estudió en el Colegio Parroquial de El Monte hasta los 15 años, cuando con su familia se trasladó a vivir a Santiago, lugar donde continuaría sus estudios en el Liceo Amunategui.

“Nosotros veníamos de una formación mucho más tradicional. Vinimos a vivir a Santiago y caímos de esa realidad a este liceo donde la educación era un poco más liberal, con visiones muy distintas, que es una de las ventajas que tiene la educación pública”, señala.

Tras terminar los estudios en el liceo, daría la prueba de aptitud académica, obteniendo el puntaje necesario para ingresar a Economía en la Universidad de Chile. Sin embargo, tomaría finalmente la decisión de ingresar a Ingeniería de Ejecución en Diseño Industrial en la antigua Universidad Técnica del Estado.

“Quedé en Economía de la Universidad de Chile, pero se abrió una segunda oportunidad y quedé en Ingeniería en Ejecución en Diseño Industrial de la Universidad Técnica del Estado y me vine para acá. Eso significó tener una visión un poco más independiente de la formación con la que venía. Posteriormente a eso fui presidente del centro de estudiantes en un año un poco turbulento, y tras finalizar la Universidad, me dediqué a trabajar”, menciona.

Su carrera profesional la forjaría en la empresa privada, creando su propia empresa y trabajando en otras del sector industrial, hasta que en el año 1998, debido a la crisis asiática y el cambio tecnológico, como menciona el académico, decidiera cerrar su empresa.

“Con la llegada del Gobierno militar se genera una restricción en las importaciones al país, lo que produjo paradójicamente un gran impulso a la industria chilena. Sin embargo, en 1998 con la crisis asiática, y más aún, viéndolo ahora en retrospectiva, con el cambio tecnológico de la tecnología análoga a la computarizada, sumado a la baja de los aranceles, muchas de las empresas que todavía existían en esa época debieron cerrar”, comenta.

Luego de esto continuaría trabajando en distintas empresas desarrollando tecnología, hasta que un profesor de la Facultad Tecnológica le recomendara unirse a esta Unidad Mayor.

“Lo que me ha caracterizado más en la vida universitaria es haberme dado cuenta de la importancia que tuvo el cambio de la sociedad industrial a la sociedad del conocimiento. Tenemos un grupo con Gumercindo Vilca y Christian Vergara, que llamamos el grupo de la Formación Tecnológica para la Sociedad del Conocimiento, con el cual estamos trabajando en algunos proyectos”, señala.

Sociedad del Conocimiento y nuevos desafíos

Para Núñez la sociedad del conocimiento exige actualmente un cambio de paradigma, con el cual comience a comprenderse que para lograr el desarrollo debe existir un “cambio de disposición. Dinero sobra en el mundo, lo que faltan son buenas ideas”, menciona.

Respecto a esto, destaca la labor que deben cumplir las instituciones educativas en este nuevo desafío, labor que si bien está expresada en el modelo educativo del Cruch, ninguna universidad ha sido capaz de aplicarla a cabalidad en la enseñanza.

“Se necesita hacer carne el mensaje que tiene el modelo educativo del Cruch, que está normalizado en todas las universidades estatales. Todas hablan con mayor o menos profundidad, pero todas hacen referencia a la sociedad del conocimiento”, explica el académico.

En este tema se enmarcan los dos proyectos que lleva a cabo con el grupo de investigación de Formación Tecnológica para la Sociedad del Conocimiento, proyectos de asistencia técnica que apuntan a la implementación de este modelo educativo en otras instituciones.

“Primero fue la Universidad de Atacama, que era Instituto Tecnológico y gracias a esta nueva reformulación ahora son Facultad, y así lo hemos intentado replicar en la Universidad Arturo Prat”. Y agrega: “Las facultades tecnológicas son fundamentales para el tránsito de la sociedad industrial a la sociedad del conocimiento. El cambio hay que hacerlo desde el diseño curricular, desde transformar a los profesores, cambiar la mentalidad de los profesores y hacer entender que no es un problema de recursos, sino de paradigma”, enfatiza.

Otros proyectos

Además del proyecto de asistencia técnica, también realiza otro proyecto con un grupo de investigación, compuesto por el Dr. Gerardo Cifuentes del Departamento de Ingeniería en Metalurgia, y otros académicos de la Universidad.

“Estamos trabajando en un sistema para cambiar la tecnología de la producción de cátodos de cobre, y eso se está logrando con ciertas osmosis inversas, y ahí estamos en ese proceso. El grupo de investigación lo formamos varias personas de distintas Facultades, además de CORFO y el apoyo de una empresa privada”, finaliza.

 

Por Estefanía Ibaceta González